Boletín 22 de enero de 2017
Jeremías 15:20-21 “Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.”
Hay una exigencia de Dios hacia Jeremías, es una palabra en la que habla de guardar, defender, librar y redimir, cada una tiene un significado distinto si leemos con cuidado. Jeremías hablaba continuamente, era un ardor constante en el que necesitaba hablar, el pueblo estaba sumido en una sequedad mortífera, corrupción y abominación de toda clase.
El Señor es nuestra única esperanza, el único con la posibilidad de cambiar los corazones, la sociedad, si nos arrepentimos nos promete restaurarnos, no seremos desechados, tenemos la posibilidad de ser restaurados. Si estás dispuesto a vivir de otra manera, podrás hablar por Dios.
Tenemos el deber de representar a Dios, no es fácil, nuestra mente, nuestra forma de ser, de vivir, tiene que cambiar, todo debe ser hecho de nuevo, tenemos que vivir para Él, sólo así podremos dar testimonio de la verdad, de que vivimos para Cristo, para que puedan convertirse a Él y no convertirnos nosotros a ellos.
No tenemos por qué rebajar el nivel moral, ni ético en nuestro entorno, somos la luz que permite que las personas conozcan a Cristo, somos representantes y si obedecemos seremos puestos como muros, muros de bronce, para entender esto debemos conocer un poco las características del bronce.
Se compone generalmente de cobre, estaño y pequeñas cantidades de metales nobles o de plomo que hacen del bronce un material fuerte, es de alta resistencia y dureza ¿Resistes? Algunos no resisten nada, el bronce no produce chispas cuando se le golpea contra superficies duras, es como cuando llevamos golpes y aprendemos a estar tranquilos ante los golpes duros, es fuerte pero buscamos la manera más sabia de resistir, producto de la maduración que hemos tenido en nuestro recorrido.
El bronce es el mejor conductor de electricidad ¿Cómo manejas el poder del Espíritu Santo? ¿Cómo canalizas las emociones? El bronce resiste la corrosión, no se funde fácilmente y jamás se oxida, estamos compuestos de distintos elementos, sabemos qué decir, qué hacer ¿Cómo reaccionamos entre tantas cosas que ocurren?
Nosotros como muros de bronce debemos ser firmes en momentos de prueba, no perder la identidad que nos caracteriza como hijos de Dios en una sociedad que tanto está necesitando de la manifestación de los hijos de Dios, que no seamos como los demás, que se mantengan en el compromiso de seguir a Cristo.
Donde estás eres luz, eres sal, representas a Dios y llevas palabra que vivifica y da, nos guardará, nos defenderá, nos librará y redimirá. ¡Aleluya!
Pastor Samuel Olson
Culto dominical 15 de enero de 2017