Él lo hizo por ti
Marcos 14:32-36 “Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.”
Aquí leemos sobre el Señor Jesucristo dueño de todo, postrándose, diciendo “Abba Padre” que es una expresión muy particular, quiere decir “papito o papi”, es una conversación como la de un niño con un padre, oraba librando una batalla, oraba con lágrimas porque su amor estaba siendo puesto a prueba ¿Sabes a quién tenía el Señor Jesús en su corazón mientras oraba? A ti, te tenía presente en ese momento, Él permaneció delante de Dios, estaba humillado, sufriendo, sin gloria ni esplendor permanecía humillado ¿Por quién lo hizo? Lo hizo por ti.
Se humilló, se entristeció pero no se rindió ante las lágrimas, ante la tristeza. Dice el texto que oró con más fervor y sudaba como gotas de sangre, aunque estaba en angustia el terror no le venció, sino que Dios le envió un ángel a fortalecerle así como te envía tu presencia cuando estás orando y dice su palabra que Él libró esta batalla, se sujetó hasta el final, antes de esto le había dicho a sus discípulos que enviaría al Espíritu Santo, pero antes de enviarlo debía humillarse el hijo de Dios.
Pues en ese momento, el Señor Jesús estaba deshaciendo todas las obediencias de cada uno de nosotros, dice que la desobediencia entró por el pecado de uno, pero salió por la obediencia de uno, Jesús se sujetó para deshacer todos los pecados de la humanidad. El Señor oró en tu nombre, para que cuando ores en el nombre de Él, el milagro que necesitas sea hecho.
Este nombre que es sobre todo nombre está en la oración de aquel que se acerca a Dios, tú eres el fruto de la aflicción de Dios, te mira con satisfacción y amor sabiendo que de ahora en adelante Él va a decir “Padre, morí por el, dale lo que necesitas porque han invocado mi nombre, bendícele y sánale porque vienen en mi nombre”, dice la Biblia que es el sumo sacerdote, que ofreció un sacrificio único y se compadece de tus debilidades.
Si estás enfermo, necesitado, atribulado Él se compadece de ti, acércate con confianza ante el trono de la gracia de Dios, el Señor Jesús permaneció firme, no huyó, tenía todo el poder y lo rindió todo por ti, lo hizo por ti, y no hay ninguna persona que esté fuera de esa gracia, acércate confiadamente ante el trono de la gracia de Dios, pues el permaneció allí por amor a ti y te ofrece la respuesta a lo que necesitas.
Hno. Santos Fuentes
Culto de ministración del Espíritu Santo