Pasemos al otro lado
Marcos 4:35-36 “Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas.” El texto nos habla al comienzo que Jesús comenzó a predicar a la orilla del mar, pero luego habían tantas personas que se subió a una de las barcas para predicar, y al llegar la noche el Señor le dice “pasemos al otro lado”, es un llamado de compromiso, un llamado para realizar una obra del otro lado de la orilla para cubrir una necesidad que allí había, cuando Dios nos llama, nos llama a comprometernos a pasar al otro lado, cuando nos conoció no éramos nadie, no teníamos esperanzas, pero el Dios misericordioso fijó sus ojos en nosotros, derramó su gracia y nos dijo pasemos al otro lado, para caminar guiados por su Espíritu.
Los apóstoles comienzan a remar, y el Señor se durmió mientras había una gran tempestad, todos los apóstoles se cansaron, pero la meta era pasar al otro lado, si Dios te ha llamado aunque rujan tempestades, aunque se levanten los gigantes, el que nos dijo que pasemos al otro lado, nos llevará al otro lado al supremo llamamiento, no hay vientos, ni tempestades que Él no pueda reprender.
No importan los vientos, había un propósito muy específico, al continuar leyendo vemos que llegaron al otro lado, y en el otro lado había una necesidad, dice que había un hombre con un espíritu inmundo, Dios le ha dado a la iglesia su Espíritu Santo lleno de poder para que todo demonio, principado, o persona atormentada quede libre en el nombre de Cristo Jesús, hay poder libertador en el cordero inmolado, se nos ha delegado un poder, una autoridad para avanzar al otro lado a llevarles libertad al que lo necesita.
Hay personas que aún son prisioneras, que son acosadas, si tú te sientes así Dios te da la libertad por el poder de su Espíritu, de su amor, de su palabra, tenemos una autoridad y debemos avanzar sin importar lo que suceda a nuestro lado, la gente necesita ver el amor de Dios reflejado en nosotros.
Cuando este hombre ve al Señor, corrió y se arrodillo ante Él, la autoridad del Señor, tú la tienes y los demonios tienen que retroceder en el nombre de Jesús, dice la Biblia que entre ellos hubo un dialogo, y los demonios salieron de él y lo dejaron libre, la gente se asustó, porque donde se manifiesta el poder de Dios hay que reconocer su poder, luego vieron al hombre sentado, vestido y en su juicio, si ellos no hubiesen ido al otro lado este hombre no hubiese podido ser libre.
Dios te dice: levántate, y ven a este lado porque quiero terminar en ti lo que empecé, Dios da libertad, no importa las tempestades en las familias, ni lo que ha sucedido, Dios te restaurará, te llevará al final y te permitirá bendecir a otros, si has sentido miedo, persecución, opresión de algo que sabes que no es de Dios, Jesucristo vino a darte libertad, Él quiere libertarte.
Oración: En el nombre de Jesús, así como llegaste al otro lado a liberar al gadareno, por mi fe libértame, da palabra de autoridad para que todo principado o demonio se vaya de mi vida, por el poder del cordero de Dios, por el poder de tu sangre que tiene poder, hazme libre, en el nombre de Jesús. Amen.
Sabino Espinoza
Culto de Ministración del Espíritu Santo
5 de Agosto de 2014