Primicias 2015: Día 3
DÍA 3
“Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre”. Salmos 103.1
Felicitaciones, estás en el tercer día de este tiempo en el que queremos entregarnos como ofrenda agradable ante el Señor. Te invitamos a seguir profundizando tu comunicación con el Dios verdadero. Si has decidido ayunar, recuerda usar ese tiempo que antes era para alimento físico para que sea de alimento espiritual.
¿Puedes imaginar hacer algo con todas tus fuerzas? Piensa por un momento que has hecho o harías donde tengas que emplear todas tus fuerzas. Quizás te venga a la mente el tratar de mover un objeto muy pesado, para lo que debas usar todos tus sentidos, músculos, aliento y conocimiento para lograr desplazarlo. En el texto que hemos escogido para hoy el salmista David expresa en palabras sencillas ¡Con todas las fuerzas de mi ser alabaré a mi Dios! ¡Con todas las fuerzas de mi ser lo alabaré y recordaré todas sus bondades!… y este es el camino para llegar a estar realmente ante la presencia del Señor, cuando nuestro cuerpo, alma, mente, aliento, es decir TODO nuestro SER anhela a gritos bendecir a Dios.
No importa donde te encuentres o que tan ocupada esté tu agenda hoy, si quieres que este tiempo sea significativo y transformador, dedica TODO este día y TODO TU SER para alabar al Señor.
Que todo lo que hagas (por tonto o insignificante que lo consideres) manifieste lo agradecido que estás a Dios por haber puesto su rostro sobre ti.
En este día:
- Roguemos para que el Espíritu Santo disponga nuestro corazón en adoración y gratitud.
- Seamos agradecidos por todos los beneficios que Dios nos ha dado.
- Pidamos al Espíritu Santo con corazón contrito y humillado que nos ayude a anhelar su santidad como lo primero, a obedecer la Palabra y cumplir sus mandamientos.
- Meditemos en: “Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”. Romanos 8:29
- Recordemos el verso del día: “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre”. Salmos 103.1
