Domingo 14 de diciembre de 2014
Romanos 1: 8–10 “Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo. Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros”.
Pablo escribe con el deseo de llegar a Roma para llevar el ministerio de nuestro Señor Jesús, mediante esta carta Pablo agradece a Dios y a los hermanos de Roma la divulgación de la fe por todo el mundo.
En este versículo podemos destacar dos puntos, primero el agradecimiento, el ser agradecido es una de las expresiones de la oración mas importante del ser cristiano. El otro punto es la fe, porque aunque Pablo no halla llegado a Roma, ellos ya conocen el evangelio por diferentes medios.
También destaca la oración por sus hermanos de Roma, que sin conocerlos ora por ellos sin cesar, en ruego con toda su alma y corazón. ¿Oramos así por nuestro prójimo?
Pablo deseaba desde hace mucho tiempo llegar a Roma, y aunque oraba por ello sabía que llegaría sólo por la voluntad de Dios y mientras eso llegaba se mantenía firme orando por su deseo pero sujeto a la voluntad de Dios, la oración debe formar parte de nuestra vida, día y noche.
Es importante resaltar la frase “primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo”, Pablo oraba a Dios mediante Jesucristo, quien es el mediador entre Dios y los hombre, no hay ningún otro, no hay otro camino, así entramos al lugar santísimo, por medio de la sangre de Cristo, por que Él es el camino, la verdad y la vida.
En estos tres versículos podemos resaltar la Gratitud, la oración incesante, la fe y la oración al padre por medio de la sangre de Cristo.
¿Oras? ¿Estás consiente de que entramos en Su presencia por medio de la sangre de Cristo? ¿Conoces al Señor? ¿Tienes la certeza que la eternidad es tuya? En Jesucristo tienes la seguridad que Él te acompaña y que no vendrá contra ti ninguna peste que te pueda destruir, por que tú eres salvo y estas guardado en la hendidura de la mano de Dios.
Pastor Samuel Olson