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Boletín 7 de Agosto de 2016

Boletin 7-8El único intercesor

Romanos 8:31-34 “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”

¿Quiénes son los escogidos de Dios? Son los que han atendido su llamado, en su amor por toda la humanidad derramó su espíritu, llamándonos, algunos responden a ese llamado, estableciendo una relación en la que descubrimos un nuevo comienzo, es un nacimiento, las cosas viejas pasan y somos reconciliados con Dios, somos hechos hijos de Él ¿Quién los condenará? Asumió nuestro lugar, venció a la muerte, ese acto en la cruz nos justifica, nos redime, nos limpia, nos lava, si creemos en eso.

Satanás quiere acusarnos, pero no tiene autoridad para acusarnos pues hemos sido lavados por la sangre de Cristo y ninguna condenación hay para los que están en Él, al cometer una falta muchos no se sienten merecedores, se acusan, se dejan acusar, pierden el gozo de su salvación, se sienten como si estuviesen arrastrándose por vergüenza y pena, sin embargo el hombre y la mujer de Dios aun cuando ha cometido un grave error puede acudir a la gracia de Dios, porque es salvo, es de Él, Satanás no te puede pasear por ese lugar donde crees que has perdido la salvación.

El acusador de tu alma no te puede destruir, solo por el derramamiento de sangre hay remisión de pecado, pero si lo confesamos es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad, el Señor está permitiendo que tu vida sea justificada, que puedas aprender de lo que pasó, permitir que te levantes y colocarte en el pedestal en el que están los hombres y mujeres de Dios, Dios es el que justifica, te levanta, te ha justificado en el calvario y te llama.

En Cristo estamos salvos y caminamos seguros, si has creído en lo que Dios ha hecho por ti a través de Cristo Jesús, nada puede venir en contra de ti. La resurrección es la prueba del valor eterno de la muerte de Cristo, es la oportunidad de ser salvos a través de la obra redentora, sin esa obra no seríamos libres del pecado, de la muerte, del infierno, estaríamos viviendo en pos del infierno en lugar de vivir en pos del cielo.

En al antiguo testamento el sumo sacerdote entraba una vez al año al lugar santísimo para ofrecer la sangre del cordero en el altar para pedir perdón, pero Cristo ofreció un solo sacrificio para siempre, a través de su carne viva cumplió su obra como el cordero que quita el pecado del mundo, el que cree en esa obra es salvo, está en el corazón del Padre.

Murió, resucitó, obró como sumo sacerdote entrando a lugar santísimo con su carne y sangre viva, se sentó en el lugar predilecto como Hijo de Dios, tú también estás en Cristo, estás sentado en lugares celestiales, su espíritu mora en ti, eres su pueblo, eres su gente, lavado en Cristo, redimido por Él, desde el trono intercede por ti y por mí, de día y de noche, para que la obra del calvario siga dando los beneficios de su obra y puedas acudir en todo momento y seas socorrido en los momentos más difíciles de tu vida, intercede por ti, tu nombre está escrito en el libro de la vida, intercede para que puedas entrar en la presencia de Dios, que camines libremente en el Espíritu y que en el momento que puedas caer, el Espíritu pueda levantarte, intercede, responde con expresión de gracia y amor, media por ti, es el único que puede hacerlo, por eso venimos al Padre por medio del único Nombre por el que es posible entrar a su presencia, intercede e intercederá por ti.

Pastor Samuel Olson
Culto dominical 17 de julio de 2016

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